



La editorial de Marca tampoco tiene desperdicio. El título ya lo dice todo: "Cristiano Ronaldo se equivocó pero tampoco ha matado a nadie". No, no ha matado a nadie pero le ha partido la nariz a un jugador que tendrá que pasarse 4 semanas sin jugar. Es que los de Marca justifican vilmente la acción del portugués con argumentos infantiles, tipo "yo le he pegado porque él me ha pegado antes". Literalmente dicen: "Cristiano obró mal, pero también lo hace el jugador danés que tendría que haber visto la tarjeta amarilla por los continuos agarrones a Ronaldo, quien en ningun momento, y asi lo contempla el acta arbrital, intenta agradir al contrario y que además (que buen niño que es) se disculpó nada más acabar el partido."
"Se lo decía ayer Petón a Tomás Guasch, en la tarde de Carrusel Deportivo: "Fíjate si está manipulado el campeonato que lo han organizado todo para que el día más crudo del invierno le toque al Barça en Tenerife". Sin la ironía de Petón, un amigo me decía lo mismo anoche: "¡Qué suerte tienen éstos, hoy les toca Tenerife". Mientras España entera se escondía en casa con nieve en los cristales, Canal + ofrecía el limpio juego del Barça bajo el clima bendito de las Canarias. El General Invierno, que batió a Napoleón y a Hitler, respeta al Barça, y por eso compareció cuando éste estaba fuera de su alcance.Y es la pura verdad que al Barça le sale todo de cara, todo contribuye a su imagen de perfección, renovada ayer tras un par de encuentros flojos. Guardiola ha tenido a Bojan en conserva mucho tiempo y ayer lo sacó en ocasión inesperada, cuando todos pensábamos ver a Pedro, y he ahí que Bojan encauzó el partido con una gran jugada de extremo izquierda, yéndose muy bien y poniendo el balón aún mejor. Luego repetiría, antes del descanso, en jugada más simple, para el tres a cero. El tiempo de cara, Guardiola al timón, el villarato al quite cuando hace falta... A este Barça hay que echarle un galgo.
Y el único galgo que hay es el Madrid, que ayer resolvió bastante pronto, con un golazo de Higuaín, que empezó a hacerse perdonar así los dos fallos de Pamplona. Luego, el Madrid pecó de falta de puntería y dejó escapar una goleada que le hubiera sido muy oportuna. Todos jugaron bajo esa intensa nevada, sobrecogidos por la amenaza que el General Invierno ceñía sobre sus cabezas. Y sobre las de todo el fútbol español, al que agobió con malos viajes, campos helados y temperaturas gélidas. Sólo el Barça se escapó, junto al Tenerife, éste como colaborador necesario en el hecho. Ni el General Invierno le tose al Barça."EL VILLARATO NO SE CORTA UN PELO
Interesante la lista de Anaut en Marca para lo mejor y lo peor del año 2009. Si bien algunos de los nominados son más que obvios, la sujetividad y los colores le pueden más que su supuesta formación periódistica y Anaut se destapa con algunas perlas sin desperdicio.
Sorprende que situe a Florentino como el TERCER mejor del año (que ha ganado el ser superior por ahora?) y se olvide por ejemplo de los héroes de la Copa Davis. Y vista la portada del Marca de hoy, no sorprende que Messi no esté entre los 5 primeros y sorprende que Ronaldo tampoco aparezca en esta lista.
Y (no) sorprende (tampoco) que situe a Laporta y su independentismo (que fijación la de Marca con Laporta) como lo SEGUNDO peor del año o la lesión de Pepe como lo QUINTO peor del año pero se olviden de la bárbara entrada de ese mismo jugador que lesionó (y no accidentalmente) a Casquero.
En fin, más de lo mismo.
Lo mejor del año:
1º. El FC Barcelona. No voy a perder el tiempo justificándolo. Han ganado los seis títulos en juego, algo histórico que nadie había logrado antes. Se merecen el primer puesto por goleada. Y sus jugadores han visto recompensada su gran temporada con los principales premios mundiales, en especial Messi.
2º. La selección española. Después del brillante triunfo en la Eurocopa de 2008, no han levantado el pie del acelerador, logrando pleno de triunfos en la clasificación para el Mundial y cerrando el año como número uno del ránking mundial. Ni siquiera el traspiés de Sudáfrica ante Estados Unidos puede oscurecer otro año inolvidable.
3º. El regreso de Florentino Pérez. Un Madrid que parecía sin rumbo, a merced del Barcelona, recuperó el optimismo con la llegada del empresario a la presidencia. Los fichajes de Cristiano, Kaká, Benzema, Xabi Alonso... contribuyeron a que el conjunto blanco pueda volver a plantar cara al eterno rival.
4º. El 'Alcorconazo'. Un humilde equipo de Segunda B sacó los colores al todopoderoso Real Madrid en la Copa del Rey. Un 4-0 en la ida en el Municipal de Santo Domingo que pasará a la historia.
5º. Forlán, Bota de Oro. El uruguayo, en una segunda vuelta increíble, conquistó por segunda vez en su carrera el trofeo al máximo goleador en Europa.
Lo peor:
1º. La muerte de Jarque. Sin duda la peor noticia del año. El capitán del Espanyol nos dejó en verano víctima de un paro cardíaco. Descanse en paz.
2º. Laporta y su independentismo. El presidente del Barcelona no ha sabido disfrutar de un año histórico y se ha empeñado en manchar la trayectoria deportiva inmaculada de su primer equipo con sus contínuas referencias políticas independentistas, insultado a millones de azulgranas que no comparten su pensamiento político.
3º. La pérdida de papeles de Maradona. Después de lograr una triste clasificación in extremis para el Mundial, el seleccionador argentino la tomó con la Prensa con su ya famoso ''Que la chupen, que la sigan chupando''. Muy triste.
4º. Un Atlético en caída libre. Logró la clasificación para la Champions de milagro, pero sus dirigentes no supieron ver que era un equipo en descomposición y que corre el riesgo de repetir su descenso a los infiernos.
5º. La lesión de Pepe. El portugués se rompió ante el Valencia y dijo adiós a la temporada y probablemente al Mundial. La mala suerte se cebó con el defensa madridistaPellegrini, el juego del Barça y el Bernabéu
" Pellegrini habló anoche en el Larguero y se explayó bien. El entrenador del Madrid es muy celoso de su vida privada, poco dado a conceder entrevistas más allá de las comparecencias en conferencias de prensa. Pero se conoce que si lo hace es para explicarse bien, porque así lo hizo.
Y me llama la atención una frase que dijo, que encierra bastante del estado actual de las cosas: "Si el Madrid jugara como el Barcelona, el Bernabéu nos pitaría". Y tiene razón. No se refiere a jugar así de bien, sino a jugar con esa parsimonia. El Bernabéu ofrece dificultades extras, y una de ellas es la impaciencia.
Es algo que se transmite a través de los tiempos. Pasan las generaciones de aficionados, pero el murmullo sigue siendo el mismo cuando el juego se ralentiza y el Velázquez, Del Bosque, Gallego, Guti o Xabi Alonso de turno se ve con el balón en los pies, paseándolo o intercambiándolo con los que tiene cerca. El Bernabéu gusta del fútbol de ataque continuo, de tambor y corneta, de caballería al galope tendido. Gusta de los jugadores con clase, pero les pide también un sentido de la urgencia. Bernabéu lo sabía, y siempre quiso en su equipo "un jugador que levante al público de sus asientos".
El Barça es la excelencia, con ese Xavi en el centro de la maniobra, que toca y toca hasta que la jugada aparece sola, y entonces mete el centro al área o a la banda. Ese juego resultaría demasiado parsimonioso para los gustos del Bernabéu. Es una dificultad más para cualquier entrenador. No vale agruparse atrás, como Capello, no vale tocar con calma... Pero se puede jugar muy bien como gusta al Bernabéu, como jugó el Madrid de Di Stéfano, luego el Madrid ye-yé, o La Quinta, o como jugaron Los Galácticos hasta que cayeron en pecado de pereza. Y si eso es lo que gusta eso será lo que haya que buscar.
Pellegrini se confesó anoche ante De La Morena y se despachó a gusto. El chileno dijo la verdad y nada más que la verdad. En lo de su personalidad para no dejarse influir en las alineaciones (¿habría dejado un pelele en el banquillo a Benzema o Kaká?), en lo de Raúl (¡claro que el capitán está para jugar!) y, por encima de todo, en sus sabias reflexiones sobre el Barça y su presunto fútbol celestial. Pellegrini ya ha tomado el pulso del Bernabéu y a ese gigantesco Tendido del 7, que está cansado de que le tiren a la cara el tiqui-taca del Barça y su juego de pausa y pase. El Bernabéu se emociona con los cruces imperiales de Pepe, las galopadas de Ramos, los cortes infalibles de Lass, los desplazamientos largos de Xabi Alonso, los últimos metros letales de Kaká, la presión fanática de Raúl arriba, las apariciones explosivas de Higuaín y los cañonazos de Benzema. Y, por supuesto, adora el fútbol vertical, hercúleo y directo de Cristiano, que nunca da tregua. El Bernabéu disfruta viviendo en el alambre, la épica y la pasión. Calidad con tila, la fórmula perfecta. El Tiquibarça, para ellos. Me aburren.