Una verdad como un templo

Ya sé que los críticos me echarán en cara que éste no es un blog sobre la prensa catalana, pero aún así quiero recuperar un artículo que escribió David Torras en "El Periódico de Catalunya" el pasado Jueves 29 de Noviembre. Cuando leí el artículo decidí immediatamente publicarlo en mi blog, pero por diversas razones me ha sido imposible publicarlo hasta ahora.
No pretendo que coincidáis con su opinión, pero si afirmo sin tapujos que comparto al 100% los argumentos que expone su autor.

EN MADRID NO CUENTAN OVEJAS NEGRAS

"Entre el obligado debate sobre Ronaldinho, el código interno, las ovejas negras de Edmilson o los cambios de cartera de Laporta en la junta, hace tiempo que desde Barcelona se ha dejado de mirar lo que ocurre en el Bernabéu. Ya se sabe que, en tiempos de vacas flacas, aquí se está siempre más a punto para abrir una guerra civil, el entretenimiento nacional, que para pelearse con los de fuera. En Madrid, no. Allí, nunca se pierde de vista el objetivo. Lo primero es apuntar siempre al Barça. Pase lo que pase en su casa, sea quien sea el presidente. Con Florentino o con Calderón. Y así siguen. En el Camp Nou todavía hay quien se acuerda más del fiasco del fichaje de Mario que de París. La pasada temporada hubo que escuchar un día tras otro durante meses, la cantinela del maltrato que sufría Saviola. Primero por no hacerle una oferta de renovación y, después, cuando se le hizo, por ser indignantemente baja. Total, que el Conejo se vistió de blanco con la carta de libertad en la mano, tres millones de euros netos al año --bastante menos de lo que cobraba en el Barça-- y un contrato hasta el 2011. Pues bien, Schuster le da menos bola que Rijkaard (250 minutos en 17 partidos) y ya se habla de buscarle una salida cuanto antes. A él, y a unos cuantos más, entre ellos, fichajes recientes que ya no van ni convocados. Otros, como Pepe (30 millones de euros) o Robben (36), están más en la enfermería que en el campo. Y no pasa nada. Mijatovic, que no quería ni a Schuster, sigue ahí tan pancho. De lo que sí han dejado de hablar es de la teoría de la conspiración arbitral, el famoso Villarato. Ahora es mejor callar y no hacer mucho ruido porque no hay partido en que al Madrid no le hagan un regalito. Tampoco pasa nada. Eso sí, el escudo sigue por las nubes. La Saeta lo ha convertido en un símbolo celestial. De día, claro. De noche, no puede volar porque hace demasiado ruido. Así que, ayer, por ejemplo, el equipo tuvo que quedarse a dormir en Bremen, entre las quejas de los jugadores. Si fuera el avión del Barça, la crisis sería más grave que la de Cercanías. Y hablando de crisis, la de Ronaldinho depende solo de él. Si quiere, todos dejaremos de hablar de eso."